Acerca de nosotros
El 3 de enero de 1996 comenzamos un sueño que parecía una locura imposible, abrimos un pequeño local en el garage de la casa que nos regaló Ronqueta, donde vendíamos quesos y salamines. Eramos muy jóvenes y teníamos más sueños que recursos. Ya teníamos dos hijos, Javier y Martín, y el tercero Facundo llego en mayo de ese mismo año. Al año siguiente, 1997 emprendimos la construcción de un pequeño salón con seis mesas, siempre todo a puro pulmón. Si bien recibimos la ayuda del abuelo Hugo y de otros alarifes, tuvimos que hacernos, a fuerza de coraje y voluntad, albañiles, techistas, electricistas y carpinteros. Sin saber los oficios fuimos los arquitectos y constructores de “El Viejo Hobbit” y de nuestro destino. Nuestro esfuerzo e ilusiones están puestos en cada piedra, en cada quebracho, en cada detalle. Nuestros hijos crecieron acompañándonos y trabajando en el gran sueño, oficiando de repartidores de volantes, mozos, comises, cocineros, asesores, mandaderos, telefonistas, ayudantes y directores de mil tareas. El Viejo Hobbit nos brindó la oportunidad de que crecieran con el concepto de la cultura del trabajo. No podemos olvidarnos de todas personas que nos ayudaron y/o trabajaron en nuestro restaurante, son muchos y no podemos mencionarlos a todos, pero debemos decir que más que empleados, clientes y proveedores cosechamos amigos entrañables.
Los primeros años fueron muy duros, de siembra tenaz, cabeza dura, y cosecha incierta. Geraldine aprendió la magia de la cocina y la repostería sobre la marcha, y yo, Juan Pablo, me hice aprendiz de cervecero a fuerza de ganas y animarme. Ni nuestros parientes creían que El Viejo Hobbit, en un barrio periférico de la ciudad, pudiera llegar a funcionar. Pero de repente, cuatro años después, comenzaron a llegar en tropel ustedes: los comensales, y empezó a llover bebida y nevar comida. Vinieron las sucesivas ampliaciones y reformas que todavía no se acaban. Les damos gracias por haber hecho posible nuestro sueño. Más allá de las cuestiones comerciales, y la enorme satisfacción de poder vivir haciendo lo que a uno le gusta, el principal ingrediente de todo lo que hacemos es el amor.